Actualmente nos encontramos en una situación delicada y es muy posible que nos esté influyendo psicológicamente. Es por ello, que desde el Centro Médico de Elda nuestra psicóloga Jessica, ha querido compartir esta información tan útil y práctica sobre la Técnica de la Relajación Abdominal.
Para las personas que no la conozcáis, esta técnica consiste en respirar con el diafragma de una manera mas lenta y pausada. El estrés y la ansiedad modifican nuestra forma de respirar, haciendo que esta vaya mas rápida y superficial, incluso acompañada de tensiones musculares que hacen mas compleja una buena respiración.
Cuando respiramos de manera tranquila y profunda, le enviamos el mensaje a nuestro cuerpo de que nos encontramos tranquilos y poco a poco, van disminuyendo los latidos del corazón, la respiración y la tensión muscular. Este sencillo ejercicio de respiración es una herramienta de control voluntario de la respiración para que se mantenga correctamente en situaciones de mayor estrés o nerviosismo.
Esto nos permitirá calmar la angustia y disminuir la ansiedad en tiempos de coronavirus. Además, siempre es un buen momento para iniciarse o retomar esta práctica.
Dicho esto, vamos a comenzar a poner en práctica este ejercicio de respiración profunda, paso a paso:
- En primer lugar, nos colocamos en una posición cómoda, con los pies planos en el piso, sin cruzar los brazos ni las piernas, ya sea sentados o de pie. Si es la primera vez que realizamos este ejercicio, puede sernos de gran ayuda el acostarnos boca arriba y según vayamos practicándolo lo podremos ir incorporándolo a nuestra rutina cotidiana sin necesidad de grandes esfuerzos. Sabremos que estamos en la postura correcta cuando nos encontremos cómodos. En esa postura cómoda, colocamos nuestras manos en nuestro abdomen.
- Antes de comenzar, es recomendable, expulsar a fondo el aire de nuestros pulmones como si realizáramos largos suspiros, esto nos servirá para eliminar el aire residual que tengamos en nuestros pulmones lo que provocará la necesidad de inspirar más profundo.
- Al provocar esta necesidad de realizar una respiración profunda, inspiraremos (tomaremos aire lentamente y profundamente por la nariz), intentando llenar todos los pulmones, llevando el aire hacia nuestro abdomen, como si quisiéramos empujar hacia arriba las manos que tenemos sobre este. Mientras más extendamos nuestro diafragma y más profundo respiremos, más se hinchara nuestro vientre.
- Retenemos unos segundos el aire en nuestros pulmones.
- Comenzamos a soltar poco a poco el aire por la boca y al exhalar el aire notaremos como vamos relajando nuestro viente, este se ira desinflándose y las manos coladas sobre este bajaran con él.
- Disfruta de estas sensaciones, focaliza tú atención en como te vas relajando y cuando sientas, de nuevo, el impulso de inspirar, hazlo lentamente y profundamente repitiendo el proceso.
Finalmente, toma conciencia de este estado de tranquilidad, relajación y serenidad y prepárate para abandonar este ejercicio conservando todos los beneficios que te ha aportado la presente relajación.